Pie diabético: cuando la diabetes ha avanzado demasiado

Antes que nada, es necesario entender qué es el pie diabético. Prácticamente ninguna persona “normal” lo sabe, pero todas las personas que tienen diabetes o que conviven con alguien que la padece han aprendido, por desgracia, a conocerlo.

Se trata de una complicación muy frecuente y seria de la diabetes, que debe prevenirse con mucho cuidado y que hoy en día puede tratarse considerando incluso aspectos que hasta hace poco eran poco conocidos, como todo lo relacionado con la glicación.

Las complicaciones de la diabetes son realmente numerosas, pero mientras que la obesidad, la esteatosis hepática y las enfermedades cardiovasculares suelen ser percibidas por la persona como si tuviera “otra enfermedad más”, el pie diabético es algo que duele, afecta la piel, muchas veces también los tejidos profundos, genera un mal olor persistente y se percibe constantemente como una “molesta espina” que la persona con diabetes lleva consigo en cada momento del día. Forma parte del propio cuerpo y se hace notar, lo que genera un profundo deseo de aliviar su tormento.

El pie diabético es causado por años de hiperglucemia no controlada, que daña los vasos sanguíneos y los nervios. El deterioro de los nervios y los vasos comienza muchos años antes de que la diabetes se manifieste de forma evidente.

La novedad hoy en día es que se puede ir más allá del tratamiento clásico de la patología (antibióticos, analgésicos, antidiabéticos, etc.), ya que se ha comprendido por qué la inflamación de bajo grado y la glicación influyen profundamente en la aparición del pie diabético, y por qué, al intervenir con un cambio nutricional, es posible modificar muchos de los factores que lo mantienen activo y molesto.

Como se ha mencionado, se trata de una de las complicaciones crónicas más comunes de la diabetes mellitus. Se combinan la neuropatía periférica (daño a los nervios) y la vasculopatía (compromiso de la microcirculación), lo que reduce la sensibilidad, ralentiza la cicatrización y aumenta el riesgo de infecciones. Sin los cuidados adecuados, puede evolucionar hacia úlceras e infecciones profundas que, en los casos más graves, pueden llevar incluso a la amputación de los dedos o del pie.

Síntomas principales del pie diabético:

  • Pérdida de sensibilidad (neuropatía): hormigueo, entumecimiento o sensación de ardor, especialmente en los dedos y la planta del pie
  • Hormigueo, ardor o sensaciones de descargas eléctricas en los pies
  • Pequeñas infecciones en los bordes de las uñas
  • Enrojecimientos prolongados y zonas de irritación en la piel del pie
  • Úlceras o lesiones (incluso pequeñas) que no cicatrizan
  • Piel seca, agrietada o con fisuras
  • Coloración anormal del pie o de los dedos
  • Deformidades del pie (como dedos en martillo, juanetes)
  • Olor persistente o signos de infección local

El pie diabético es causado por años de hiperglucemia no controlada, que daña los vasos sanguíneos y los nervios. El deterioro de los nervios y los vasos comienza muchos años antes de que la diabetes se manifieste de forma evidente.

Los niveles de glicación, que se evalúan mediante la medición del metilglioxal (MGO) y de la albúmina glicada, provocan disfunciones vasculares mucho antes de que se eleven la glucemia en ayunas y la hemoglobina glicada.
Estudios como el de Mukohda et al. (J Pharmacol Sci. 2009;109:305–310) han demostrado el efecto del MGO sobre la función vascular, mientras que Paudel YN et al. (Cells 2020, 9, 383; doi:10.3390/cells9020383) han documentado el daño que este compuesto puede causar en el tejido nervioso.

Entre los factores que aumentan el riesgo de desarrollar pie diabético se encuentran:

  • Diabetes de larga duración
  • Glucemia y HbA1c mal controladas
  • Presencia de picos glucémicos (fructosa) y de variabilidad glucémica
  • Tabaquismo (que reduce aún más la circulación local)
  • Presión arterial alta y colesterol elevado
  • Niveles elevados de BAFF (si el BAFF aumenta, las heridas se infectan y no cicatrizan)
  • Calzado inadecuado
  • Higiene deficiente de los pies y las uñas
  • Episodios previos de úlceras o infecciones (que ya indican una deficiencia inmunológica)
  • Deficiencias vitamínicas y minerales mal gestionadas

En el territorio italiano existen centros de excelencia en el tratamiento del pie diabético que realizan un trabajo excelente, aunque mantienen los protocolos terapéuticos dentro del marco del estándar actualmente conocido.

Sin embargo, los avances científicos recientes permiten dar un paso más hacia la curación, que puede aplicarse de forma personalizada. 

Para controlar el propio nivel de glicación, evaluar la predisposición genética a la diabetes y prevenir sus posibles complicaciones, como el pie diabético, recomendamos el Glyco Medical Program.

Prevención

La prevención del pie diabético en personas con diabetes ya diagnosticada es posible y fundamental:

  • Controla regularmente la glucemia y mantén bajo control tanto la hemoglobina glicada como la albúmina glicada
  • Observa y lava diariamente los pies, secándolos con cuidado
  • Usa zapatos cómodos, bien ajustados y sin costuras internas
  • Corta las uñas de forma correcta y regular
  • Haz revisar tus pies periódicamente por un profesional (podólogo o médico)
  • Sigue una dieta personalizada y un plan de actividad física regular

Incluso antes de saber que se es diabético, cuando existe una predisposición familiar, es imprescindible comprender y medir la propia determinación, así como verificar los niveles de MGO y de albúmina glicada, para empezar a entender cuál puede ser tu camino evolutivo y cómo actuar preventivamente sobre los daños causados por los azúcares ya existentes.

Exámenes útiles

Para prevenir y monitorear el riesgo de pie diabético, es importante controlar tanto la componente metabólica como la inflamatoria. Los exámenes recomendados incluyen:

  • Glyco Medical Program, un test innovador que evalúa el nivel de glicación mediante albúmina glicada y metilglioxal
    • Útil en fase preventiva, para identificar un estado de estrés glucémico aún silencioso
    • Fundamental también para quienes ya han desarrollado pie diabético, para monitorear la eficacia del plan nutricional y terapéutico, adaptándolo en el tiempo de forma personalizada e integrando el tratamiento para controlar adecuadamente el daño neurovascularun
  • Examen de fondo de ojo y cribado neurológico, para evaluar neuropatías diabéticas
  • Ecocolor Doppler de extremidades inferiores, para verificar el estado de la microcirculación y la oxigenación periférica

Conclusión

El pie diabético puede ser gestionado eficazmente mediante una combinación de prevención, seguimiento clínico y cuidado diario.

Gracias a herramientas como el Glyco Medical Program, hoy es posible medir el impacto real de los azúcares sobre el metabolismo mucho antes de que aparezca el daño, y evaluar con el tiempo la eficacia de la dieta, los suplementos y las terapias mediante el control de los niveles de MGO y albúmina glicada, lo que permite, durante el seguimiento, comprobar si se está cumpliendo con las indicaciones.
No esperes a que aparezcan los síntomas: actuar a tiempo es el verdadero tratamiento.

A cargo de la Redacción Científica de GEK Lab

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