Infertilidad e inflamación sistémica: cómo afrontarlas

La infertilidad es un desafío emocional y médico que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque las causas pueden ser diversas y complejas, una de las líneas de investigación más prometedoras en los últimos años se ha centrado en la inflamación y su impacto en la fertilidad tanto masculina como femenina. En este artículo exploraremos el vínculo entre infertilidad e inflamación, ofreciendo una visión general de las bases científicas detrás de esta relación y sus implicaciones para el diagnóstico y el tratamiento.

Infertilidad masculina e inflamación

La infertilidad masculina a menudo se asocia con alteraciones en la producción, calidad y/o motilidad de los espermatozoides. Recientemente, la investigación ha demostrado que la inflamación puede desempeñar un papel crucial en muchas de estas situaciones. La inflamación a nivel testicular o del epidídimo puede dañar los túbulos seminíferos, interferir con la producción de esperma y comprometer su funcionalidad.

Reconocer el papel de la inflamación en la infertilidad es fundamental para orientar estrategias diagnósticas y terapéuticas eficaces. Los enfoques terapéuticos que tienen como objetivo reducir la inflamación pueden, de hecho, mejorar la fertilidad tanto masculina como femenina.

Para medir los niveles de inflamación y mejorar las posibilidades de concepción, recomendamos el Programa Médico PerMè.

La inflamación puede comprometer la capacidad reproductiva a través de varios mecanismos, entre ellos la inhibición de la absorción de nutrientes específicos necesarios para la espermatogénesis, y la producción de radicales libres (relacionados con la presencia de productos de glicación) y de citocinas inflamatorias (como BAFF, PAF, TNF-alfa e interleucina-6), que alteran significativamente el microambiente donde se desarrolla el esperma. Los altos niveles de citocinas inflamatorias y la producción de radicales libres en el epidídimo y los testículos pueden dañar el ADN de los espermatozoides y reducir su calidad general.

A veces, la baja motilidad de los espermatozoides está relacionada con el consumo excesivo de azúcares, alcohol y polioles. Los productos de glicación resultantes pueden inhibir la producción de ATP, la molécula energética indispensable para que los espermatozoides naden hasta su destino y fecunden el óvulo.

La inflamación sistémica, incluida aquella inducida o sostenida por la nutrición y los azúcares, junto con un estilo de vida desequilibrado, pueden desempeñar un papel fundamental en la disfunción testicular.

Infertilidad femenina e inflamación

De manera similar, la inflamación tiene un impacto significativo en la fertilidad femenina, influyendo en la función ovárica. Condiciones como la endometriosis, la inflamación pélvica crónica y las infecciones del tracto genital superior pueden comprometer la función ovárica, la ovulación y la salud del útero.

La inflamación crónica también puede interferir con la implantación del embrión en el útero, reduciendo así las posibilidades de que el embarazo continúe y aumentando el riesgo de aborto espontáneo.

La inflamación también puede dificultar la función de las trompas de Falopio, impidiendo el paso de los óvulos hacia el útero y el encuentro con los espermatozoides, un proceso crucial para la concepción

Por todas estas razones, el control de la inflamación (también mediante modificaciones nutricionales personalizadas) resulta ser un elemento clave para apoyar los procesos de PMA (procreación médicamente asistida).

Qué hacer

Reconocer el papel de la inflamación en la infertilidad es fundamental para orientar estrategias diagnósticas y terapéuticas eficaces. Los enfoques terapéuticos que buscan reducir la inflamación pueden, de hecho, mejorar la fertilidad tanto masculina como femenina.

La medición de los niveles de inflamación, fácilmente evaluable mediante el test PerMè, permite elaborar una dieta antiinflamatoria personalizada que reduzca eficazmente la inflamación sistémica y, en consecuencia, mejore el ambiente en el que se desarrollan las células germinales masculinas y femeninas.

El perfil alimentario personal proporcionado por el Medical Program sugiere un plan dietético personalizado que reduce la interferencia de las sustancias inflamatorias en la producción y maduración del óvulo y los espermatozoides, y facilita la implantación de la célula fecundada.

Esta terapia nutricional personalizada antiinflamatoria también resulta útil en todas aquellas situaciones de hipofertilidad (por ejemplo, el síndrome de ovario poliquístico o la oligospermia) o como apoyo a los procesos de PMA (procreación médicamente asistida).

Otras condiciones a tener bajo control

Sobrepeso y obesidad: La grasa visceral está asociada a un aumento de la resistencia a la insulina y a la inflamación crónica, y su exceso puede agravar los problemas relacionados con la fertilidad. Mantener una composición corporal adecuada, mediante una alimentación equilibrada y un estilo de vida activo, es de fundamental importancia. En los hombres, la obesidad puede provocar un aumento en la producción de estrógenos, lo que afecta negativamente la producción y la vitalidad de los espermatozoides.

Resistencia a la insulina: El consumo excesivo de azúcares, alcohol y polioles (los edulcorantes comunes), así como otras condiciones endocrinas (como el síndrome de ovario poliquístico), pueden favorecer la resistencia a la insulina, una condición en la que las células del cuerpo se vuelven menos sensibles a la insulina, la hormona producida por el páncreas que regula los niveles de azúcar en la sangre.

La resistencia a la insulina contribuye a la acumulación de grasa en la zona visceral, al aumento de la producción de androgenos y puede comprometer la ovulación e influir negativamente en la calidad de los óvulos y del esperma.

Síndrome de ovario poliquístico (SOP): El síndrome de ovario poliquístico es una de las condiciones endocrinas más comunes y afecta al 13% de las mujeres en edad fértil. En pacientes con SOP, la inflamación crónica puede contribuir a la disfunción ovárica, a la producción excesiva de hormonas masculinas y, nuevamente, a la resistencia a la insulina.

Este estado inflamatorio puede comprometer la ovulación y dificultar la fertilidad. En casos de ovario poliquístico, es importante mantener bajo control la inflamación también a través de la dieta y la actividad física.

Sedentarismo: El sedentarismo puede influir negativamente en la fertilidad, especialmente en la masculina. Un estilo de vida sedentario y un bajo tono muscular alteran el perfil hormonal (y por lo tanto la cantidad de testosterona), así como el perfil metabólico.

Además, pasar mucho tiempo sentado eleva la temperatura escrotal y altera la producción y motilidad de los espermatozoides, que se forman dentro de los testículos.

Conclusiones

La infertilidad es un desafío complejo que requiere un enfoque multifactorial. La inflamación emerge cada vez más como un factor común importante en la mayoría de las formas de infertilidad masculina y femenina. Medir los niveles de inflamación relacionados con los alimentos y los azúcares, mediante el PerMè Medical Program, y actuar de manera personalizada para reducirlos es fundamental para mejorar las posibilidades de concepción y el bienestar reproductivo. Integrar el manejo de la inflamación a través de cambios en el estilo de vida y, si es apropiado, mediante suplementos, puede ser un paso importante hacia la consecución del embarazo deseado.

A cargo de la redacción cientifica GEK Lab

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